Santuario Señor de la Divina Misericordia 2020 A los 9 días de la partida de Alicia Coloma, arquitecta del Santuario

A los 9 días de la partida de Alicia Coloma, arquitecta del Santuario

Compartimos una hermosa semblanza hecha por Beatriz Sologuren a la estimada arquitecta +Alicia Coloma Ávalos.

Adiós Alicita Coloma Ávalos, colega, amiga y hermana muy querida

Literalmente te digo ADIOS ALICITA, porque sé que ya estás en la presencia del Señor de la Divina Misericordia, llevada de la mano de nuestra Santa Madre siempre Virgen María; estoy segura que te han recibido con los brazos abiertos y han hecho una gran fiesta de recibimiento, con los ángeles, tus familiares y tus amigos, alabando la Gloria del Señor y muy felices por tu llegada.

Aquí en la tierra nos has dejado un gran vacío, pero de saber que estás muy feliz allá, con sentimientos encontrados le doy gracias a Dios por la dicha que estarás sintiendo, después de la cruz a cuestas que llevaste en tu vida y especialmente los últimos casi 15 años.

Quiero resaltar del tiempo que compartimos juntas, actividades propias de la profesión, de tu vida personal y de la dicha que tuvimos al vivir juntas la devoción a la Divina Misericordia, la calidad de persona que fuiste durante toda tu vida.

Mantuviste una linda amistad con tus compañeras del colegio de las Ursulinas de Sullana por toda tu vida; me contabas que fue tan grande tu deseo de ser arquitecta que dejaste a tu familia en Sullana y te viniste con tu hermana Marita a Lima para aventurar primero el ingreso a la Universidad Nacional de Ingeniería que, por supuesto ingresaste en una y luego a estudiar, que pasaste los 5 años sin ningún problema. Estuviste en una de las mejores promociones de la UNI porque casi todos fueron muy reconocidos en su ejercicio profesional. A quienes recuerdo también con cariño son: Lily Gálvez, Tere Barba, Elvita Pastor, Concho Zanelli, Richard Malakoski, Otto Polack, entre otros que les pido disculpas por no mencionarlos, pero son muchos y grandes amigos muy queridos tuyos.

En el Colegio de Arquitectos, fuiste miembro de la Directiva del Arq. Guillermo Proaño desempeñándote siempre con mucho profesionalismo; fuiste miembro del primer Consejo Directivo del Instituto Nacional de Desarrollo Urbano – INADUR, con la presidencia del Ing. Luis Dorich; tuviste el reconocimiento y recomendación del Presidente de la República, Arq. Fernando Belaunde Terry para trabajar por 7 años en un estudio de arquitectos muy importante, en Estados Unidos y de regreso al país de inmediato te llamaron para trabajar en el Banco Hipotecario.

Tuve la suerte de formar parte contigo, del Comité de Evaluación de Ambientes Monumentales en el Instituto Nacional de Cultura y siempre trabajaste con mucho respeto y una ética profesional intachable. Con Carlitos Minchola trabajaste en Lambayeque en el Museo Señor de Sipán, un lindo proyecto.

Cuando te jubilaste, fue cuando trabajaste más, porque con mucho esfuerzo y entusiasmo participaste del concurso del Proyecto Complejo Parroquial Señor de la Divina Misericordia y entre cinco concursantes ganaste por unanimidad. La promesa que le hiciste a Jesús fue escuchada e hizo un milagro en ti para que pudieras desarrollar el proyecto arquitectónico y ver la obra concluida. También hiciste el Proyecto de la Capillita Medalla Milagrosa. Está claro que Jesús te necesitaba como arquitecta para que ayudes a varios sacerdotes y obispos en diversos proyectos porque lo hiciste con mucho gusto y todo ad honoren porque siempre decías: “Cómo le voy a cobrar a Jesús”.

En la parroquia, fuimos fundadoras del Núcleo del Señor de la Divina Misericordia, del Movimiento de Apóstoles Faustinum, de la Revista Peregrino, del Pequeño Rebaño y formamos parte del Encuentro Bíblico; asimismo, participábamos en todas las actividades que se organizaban primero para sacar fondos para la construcción y luego para su funcionamiento.

¡Ay Alicita! Como me gustaría dejar grabadas todas las experiencias vividas, pero necesitaría escribir un libro de tus memorias. Tus memorias, fue tan contradictoria la vida porque siempre estabas orgullosa de la memoria de elefante que tenías cuando trabajaste, y poco a poco se convirtió según tus mismas palabras en memoria de hormiga, hasta apagarse.

Nunca me voy a olvidar de tu alegría y tu sonrisa rebosante cuando te saludaban y te preguntaban cómo estabas, siempre respondías feliz ¡muy bien! Aunque tu salud andaba muy delicada. Tu alegría y buen humor me elevaban el ánimo. Has dejado una obra muy grande que Dios te lo está recompensando y la huella que has dejado en todas las personas que te conocimos y que aprendimos a quererte tanto, está profundamente grabada en nuestros corazones.

Gracias, Alicita, por todo lo que hiciste y por cómo eras, un ejemplo de virtudes. Procuraremos portarnos siempre muy bien para que como arquitecta nos escojas un lindo lugar en el cielo e intercedas con la Virgencita para que nos lleve a su Hijo muy Amado, Nuestro Señor Jesucristo. Sé que estás descansando en paz y en la Gloria del Señor.  04.Mayo.2020

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