Hora de la Misericordia

Corresponde a las tres de la tarde, hora de la agonía de Jesús. Está considerada como una de las formas de devoción a la Divina Misericordia a través de la oración que nos lleva espiritualmente al pie de la Cruz de Cristo para rogar a nuestro –señor que nos conceda misericordia para uno mismo y para el mundo entero. El Señor le dice a santa María Faustina en un día de octubre de 1937:

“A las tres, ruega por Mi misericordia, en especial para los pecadores y aunque sólo sea por un brevísimo momento, sumérgete en Mi Pasión, especialmente en Mi abandono en el momento de Mi agonía.  Ésta es la hora de la gran misericordia para el mundo entero.  Te permitiré penetrar en Mi tristeza mortal.  En esta hora nada le será negado al alma que lo pida por los méritos de Mi Pasión…”. (Diario, 1320).

“Te recuerdo, hija mía que cuántas veces oigas el reloj dando las tres, sumérgete totalmente en Mi misericordia, adorándola y glorificándola; suplica su omnipotencia para el mundo entero y especialmente para los pobres pecadores, ya que en ese momento se abrió de par en par para cada alma. (…). En esa hora se estableció la gracia para el mundo entero: la misericordia triunfó sobre la justicia”. (Diario, 1572).

Como lo señala sor M. Elżbieta Siepak de la Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia: “Cabe esclarecer aquí, que no se trata de una hora exacta de reloj (60 minutos), sino que se trata de tener presente el momento de la agonía de Jesús en la cruz, es decir, de acompañarle rezando a las tres de la tarde.”

Asimismo, no se trata de una oración concreta para dicha hora, puede ser hecha en el templo o en el lugar donde nos encontremos debido a las obligaciones cotidianas. Se trata de unirse al misterio de la Pasión de Cristo –a las 3 de la tarde- dirigiéndonos directamente a Jesús, por los méritos y valor de su dolorosa Pasión. En la Hora de la Misericordia nos dirigimos directamente a Jesús.

Sor M. Elżbieta Siepak también precisa lo siguiente: “Sin embargo, en la práctica y en diversas publicaciones, a menudo se insiste en la opinión según la cual a las tres de la tarde hay que rezar la Coronilla de la Divina Misericordia, pues se considera que entonces esta oración tiene un poder especial. Esta forma de pensar se debe a una cierta ignorancia sobre la devoción a la Divina Misericordia, porque hay un desconocimiento de las formas trasmitidas por Sor Faustina; tal vez esto también se deba a la necesidad de tener una fórmula determinada para rezar en esta hora de la Misericordia.

La oración en la Hora de la Misericordia es una forma particular del culto a la Divina Misericordia, con la que Jesús asoció una promesa determinada; también estableció la forma de practicarla. Jesús, en ningún momento dijo que hubiera que rezar la Coronilla de la Divina Misericordia en esta hora. Por supuesto, es posible rezar la Coronilla en esta hora santa, así como en cualquier otro momento del día y de la noche; pero entonces hay que tener claro que no estamos practicando la oración de la Hora de la Misericordia, sino que simplemente rezamos la Coronilla de la Divina Misericordia. La Coronilla no puede ser la oración de la Hora de la Misericordia, puesto que se dirige directamente a Dios el Padre (Padre Eterno, yo te ofrezco…), y la oración en la Hora de la Misericordia debe dirigirse a Jesús” .