Queridos hermanos y hermanas que Jesús les conceda a todos la paz. Este mes de noviembre, de manera especial, recordamos a todos los difuntos. Es ocasión para no perder de vista que debemos rezar siempre por nuestros seres queridos que ya han partido. Sobre todo, estamos llamados a ofrecer la Santa Misa por ellos. No olvidemos que la oración por los difuntos es una obra de misericordia (cf. 2 M 12, 38 ss.)
Además, es bueno tomar conciencia que todos nos vamos a morir y ningún bien material nos llevaremos al más allá, sino solo nuestra alma. Pensemos que estamos de paso por este mundo y que tenemos una única vida para alcanzar el cielo, nuestra patria eterna. Al respecto, San Pablo nos dice que “somos ciudadanos del cielo” (Flp 3,20).
Que María, Nuestra Madre, nos ayude a vivir cada día con Jesús, el único camino para ir al cielo.
P. Carlos Rosell De Almeida
Párroco