Qué es un Santuario

¡PEREGRINEMOS AL SANTUARIO!

“¡Qué alegría cuando me dijeron: vamos a la casa del Señor! (Sal 122,1). Peregrinar significa “salir de nosotros mismos y ponernos en camino”. Porque el Santuario el símbolo de la morada de Dios entre los hombres, la peregrinación al Santuario es la expresión por excelencia del deseo de encontrarnos con la Misericordia de Dios para renovar con Él su alianza, para volverle a entregar nuestro corazón y para que Él lo transforme a imagen del suyo.

Pero, también, la peregrinación al Santuario es un “camino de conversión”. A lo largo de la peregrinación se nos invita a tomar conciencia de la fragilidad de nuestro corazón y a hacer el propósito de orientarlo decididamente hacia Dios; se nos invita a olvidarnos de nosotros mismos para lanzarnos a trabajar por completo en pos del reinado del Corazón de Cristo.

¡Te daré un corazón nuevo y te infundiré un espíritu nuevo! Quitaré de ti el corazón de piedra y te daré un corazón de carne. “Ustedes serán mi pueblo y Yo seré vuestro Dios”, (Ezequiel 36,26.28).

Un Santuario es la memoria viva de una determinada intervención de Dios en la historia y el símbolo de que ha querido poner su morada entre los hombres para renovar con ellos su alianza: “ustedes serán mi pueblo y Yo seré vuestro Dios” (Jeremías 31, 33; Ezequiel 36,28). A este lugar sagrado peregrinan los fieles para encontrarse con Dios y entregarle su corazón, y allí Dios les renueva permanentemente su amor y repone sus fuerzas.

Los santuarios están dedicados a Nuestro Señor, a la Santísima Virgen María o a un santo, a través de los cuales Dios ha querido manifestarse a los hombres, y ofrecen a los fieles que hasta allí peregrinan diversos auxilios espirituales y promesas que les ayudarán a experimentar la bondad y la misericordia divina.

¿QUÉ OTRAS GRACIAS ENCONTRAMOS EN EL SANTUARIO?

El Santuario es el lugar por excelencia donde se experimenta la misericordia de Dios, especialmente por medio del sacramento de la penitencia o confesión. Además, nos ofrece aquella expresión del <<don total de la misericordia de Dios>>, que es la indulgencia, con la cual << se condona al pecador arrepentido la pena temporal por los pecadores ya perdonados en cuanto a la culpa>>.

El Santuario nos invita a cultivar el sentido de la trascendencia y así se constituye en una excepcional escuela de oración. La visita al santuario será la oportunidad para favorecer la oración personal y comunitaria, especialmente empleando la Liturgia de las Horas.

3° El Santuario es el lugar propio del encuentro con Cristo Eucaristía y con la Palabra de Dios. A través de estos encuentros íntimos y personales  con el Dios vivo, Él renueva permanentemente su alianza con nosotros y allí también nosotros volvemos a entregarle nuestro corazón.

El Santuario nos recuerda, finalmente, que Dios ha querido ser nuestro compañero en la vida, solidario con nuestras alegrías y tristezas. Por ello, el Santuario nos impulsa a que también nosotros salgamos al encuentro de nuestros hermanos, especialmente de los más necesitados en el cuerpo y el espíritu.