Muy queridos hermanos en Nuestro Señor Jesucristo reciban mis más calurosos saludos y sobre todo mi oración diaria por ustedes.
Debemos seguir unidos en la oración para superar esta pandemia que tanto dolor está causando a nuestro querido país. Y, por supuesto, debe estar claro que no podemos bajar la guardia en las medidas de precaución que todos nosotros, responsablemente, debemos asumir. Con la gracia de Dios y nuestro esfuerzo superaremos este momento de cruz que todos pasamos.
El mes de julio, es el mes de la patria, nunca estará de más remarcar que todos estamos llamados a forjar un país donde reine la paz, la solidaridad y la honestidad. Asimismo, nosotros los miembros de la Iglesia, estamos llamados a mostrarnos coherentes con nuestra fe rechazando todo aquello que va contra la dignidad de la persona humana.
Recemos siempre para que en nuestro querido Perú no se promuevan leyes inmorales como aquellas que favorecen el aborto y la unión de personas del mismo sexo, etc. No nos cansemos de rezar por el verdadero progreso de nuestro país y por las autoridades para que sean honestas y se preocupen por el bien del pueblo tan afectado por esta pandemia.
Que la Santísima Virgen María, bajo la advocación del Carmen que celebramos el 16 de julio, nos ayude a ser buenos ciudadanos y a contribuir cada uno desde su propia vocación con el progreso del Perú. ¡Con la ayuda del Señor y la intercesión de María, saldremos adelante! Bendiciones.
